El español, la segunda lengua más importante del mundo y la tercera más hablada, 400 millones de habitantes, tiene su origen en los siglos del Imperio romano en la Península Ibérica (España y Portugal).
Es una lengua romance que se formó por la modificación del latín tras las invasiones bárbaras (siglo V) y musulmanas (siglo VIII), que se produjeron en la Península Ibérica tras la caída de lo romanos. Aunque ésto seguro que muchos de los que estáis aprendiendo español en España ya lo sabéis.
Durante el al-Ándalus, nombre que se dio al territorio de la Península que se creó bajo el poder musulmán en la Edad Media, se formaron reinos cristianos de los que surgieron varias modalidades romances: la catalana, la navarro-aragonesa, la castellana, la astur-leonesa y la gallego-portuguesa, todas con influencias del latín. Tras la unión de varias de éstas en el siglo XI, se formó el dialecto románico castellano, el español, en el antiguo condado de Castilla (actual Cantabria y norte de Burgos).