Tanto Fernando III, el Santo, en la primera mitad del siglo XIII, como su hijo Alfonso X, el Sabio, en la otra mitad, ampliaron los límites del territorio a Castilla y León en su ofensiva contra los musulmanes hasta las fronteras del Reino de Granada. Fue un importante periodo para el proceso de formación y consolidación del castellano. Fernando III promovió la traducción del Fuero Juzgo, cuerpo legal de unas 500 leyes procedentes de una antigua traducción del latín denominada Liber luciciorum, de la época visigoda.
Alfonso X, debido a su esmerada educación, ya había escrito y traducido importantes obras, incluyendo documentos, cantigas e himnos, antes de ser coronado rey. Durante su reinado completó una gran obra, en temas referidos a ciencia, historia y derecho. El rey fue un gran promotor de traducciones académicas al castellano. El siglo XIII, por tanto, fue muy importante para el afianzamiento de esa lengua, constituyendo ya un núcleo diferencial con respecto al latín y a las lenguas romances de la península.
En 1492, en la península ibérica se hablaban muchas y diferentes lenguas romances, como el asturiano, el leonés, el aragonés y el catalán, pero en ese tiempo, la más fuerte y conquistadora fue la lengua castellana, que coincide con el descubrimiento de América. Ese mismo año es cuando se publican los primeros documentos importantes para el establecimiento y regulación del español, gracias a Antonio de Nebrija.
La obra “Gramática Castellana” es considerada como el primer tratado gramatical dedicado a esta lengua, vulgar por aquellos tiempos. En ese mismo año, el autor, Antonio de Nebrija, también elabora un diccionario latín-español. Dos años más tarde completó el trabajo con un diccionario de español-latín, y posteriormente, ya en 1517, un tratado de ortografía. La obra de Nebrija habría marcado una verdadera revolución cultural para la historia del español.
Antonio de Nebrija, o de Lebrija, por la localidad donde nació, situada entre Sevilla y Cádiz, fue también historiador, pedagogo, gramático, astrónomo y poeta. Había estudiado previamente en Salamanca y Bolonia (Italia), y fue posteriormente, en Sevilla, bajo la protección del cardenal sevillano Juan de Zúñiga, quién le libró de su trabajo docente para dedicarse a escribir esta obra gramatical que consolidaría definitivamente la lengua castellana.
Imagen: Retrato de Antonio de Nebrija, de Antonio del Rincón y Escarlati http://goo.gl/GrqTV
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